¿Qué es una fractura?
Se le denomina fractura a la pérdida de continuidad ósea debido a una fuerza que perjudica principalmente a cualquier hueso del cuerpo humano. En el área del pie se pueden presentar en 3 partes, en el antepie (falanges), mediopie (metatarsianos) o en el retropié (calcáneo, astrágalo, cuboides, escafoides o en las tres cuñas).
Etimología
Todas las fracturas se producen por fuerzas que superan la resistencia del hueso y dependiendo de su mecanismo se pueden clasificar en:
- Traumatismo directo: son en las cuales el lugar de la fractura fue causado por un golpe directo. (Golpe directo en antebrazo fracturando radio y/o cúbito).
- Traumatismo indirecto: son en las cuales el lugar de la fractura está lejos del área donde se aplicó la fuerza. (Choque vehicular donde pega la rodilla con el tablero y se fractura cadera).
- Fatiga: son en las cuales la fuerza es aplicada durante un largo tiempo. (Fractura en metatarsiano en atletas debido a largos periodos de entrenamiento).
Síntomas de una fractura de pie
Los síntomas cuando sucede una fractura en el pie pueden variar de acuerdo al mecanismo y a cada paciente, pero en general son:
- Dolor en zona de pie.
- Inflamación
- Dificultad o nulo movimiento de extremidad.
- Deformación
- Crepitación ósea
Diagnóstico de una fractura de pie
Para hacer un diagnóstico correcto de la fractura se deben de realizar los estudios de laboratorio pertinentes, principalmente la radiografía donde se observa la disrupción ósea o se descarta.
Tratamiento fisioterapéutico ante una fractura de pie
En el tratamiento médico primero se decide si la fractura necesita operación o se puede tratar conservadoramente con un fijador, férula o cualquier otro aparato que especifique el médico.
Después del periodo de inmovilización, se debe iniciar el proceso de fisioterapia donde se aplican agentes físicos para acelerar la recuperación del paciente, lo que se aplica es:
- Electroterapia: corrientes analgésicas, antiinflamatorias, y para fortalecimiento, ultrasonido y láser.
- Mecanoterapia: movilizaciones pasivas, activas o activo asistidas (de acuerdo a la condición del paciente), ejercicios de fortalecimiento, ejercicios de resistencia, propiocepción y equilibrio.
- Termoterapia y crioterapia: compresa húmeda caliente y compresa fría.
- Hidroterapia: tina de remolino y tanque terapéutico.
- En estos casos es de suma importancia la reeducación de la marcha, dado que si no se camina correctamente el paciente puede persistir con dolor crónico e incluso producir inflamación en otros segmentos del pie, de la pierna o incluso la rodilla y la cadera tanto del lado afectado como del sano.
